Al menos por ahora. Has leído bien. Hay dos lugares que figuran en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO que no podrás visitar porque está prohibida la entrada de mujeres. Así que podemos renombrarlos diciendo «Patrimonio de la Mitad de la Humanidad». Y bueno, seamos francos, si eres hombre, lo tendrás también complicado, ahora os explicaré más detalladamente. Uno está en Grecia y el otro en Japón.
La isla de Okinoshima
La isla de Okinoshima, situada a medio camino entre el suroeste de la isla de Kyushu (sur de Japón) y Corea del Sur, ostenta el título de Patrimonio de la Humanidad desde hace apenas unos meses. Esta pequeña isla, considerada un lugar sagrado, tiene prohibida la entrada a mujeres. Según cuentan, los antiguos dioses Shinto colocaron a tres emperatrices en la isla para que cuidaran a la nación y desde hace más de 600 años se llevan a cabo rituales para orar por la seguridad de las embarcaciones. Ni la presencia de las emperatrices, inmortalizada en una serie de rocas en la cima de la montaña, le ha servido al colectivo femenino para ganarse un pasaje a Okinoshima.
La isla, propiedad del Santuario Munakata Taisha, tampoco está abierta al público. De hecho, solo recibe la visita una vez al año, el 27 de mayo, de 200 hombres para honrar a los marineros que murieron cerca de la isla entre 1904 y 1905 durante una batalla naval entre Rusia y Japón. El resto del tiempo solo viven allí sacerdotes sintoístas. Según señalan en su web, el objetivo es «trasladar a las generaciones futuras el paisaje como un bien precioso que pertenezca a toda la humanidad». Bueno, a toda la humanidad, toda la humanidad… Más bien a la mitad.
Durante esta visita y como ritual de purificación antes de entrar en la tierra sagrada de Okinoshima, los hombres deben bañarse desnudos en el agua del mar. Parece ser que la explicación a la prohibición de la entrada de mujeres viene porque, según la religión sintoísta que venera a los dioses de la naturaleza, la sangre no es un elemento puro. Las mujeres, al tener la menstruación, se considerarían impuras. Y la duda que me surge es la siguiente, ¿y las mujeres que hayan pasado la menopausia? ¿ Y el periodo en que no se tiene la regla? Reflexiones aparte, otra de las explicaciones que se barajan es que los viajes a esta isla se pudieran considerar muy peligrosos y en la época se decidió «proteger» a las mujeres de tal aventura naviera. Si fuera el caso, hoy en día ya no hay peligro, ¿verdad?